miércoles, 1 de febrero de 2017

¡DIALOGO EN LA OEA! Por Pedro Mena

¡DIALOGO EN LA OEA!

Por Pedro Mena


@pmenamiami

Sin sorpresa alguna, he leído la llamada propuesta de los “facilitadores” tarifados del régimen de Maduro para restablecer nuevas negociaciones con las fuerzas políticas de oposición venezolana, sin duda alguna que el documento denominado Acuerdo de Convivencia Democrática es una propuesta“cantiflerica” más, para jugar con la paciencia y el engaño al pueblo venezolano, sometido a la mayor crisis política, social y económica de toda su existencia, y por mantener ante a comunidad internacional una “mascarada” democrática.

Afortunadamente los voceros oficiales opositores  y la propia MUD en documento público anuncio su rechazo a este adefesio. Un paso en positivo a no aceptarlo  para impedir   continuar haciéndole el juego al régimen castro comunista de Maduro.

Estoy totalmente en desacuerdo con sentarte a negociar con un “gobierno forajido” que usa la intermediación internacional tarifada y descalificada, para promover una política de sumisión y entrega a sus designios, mediante un supuesto acuerdo entreguista a sus intereses políticos, en uno terreno parcializado, con “facilitadores” parcializados y con la represión interna desmesurada.

La MUD al rechazar esta nueva  jugada malévola del régimen y sus aliados, evita que sus resultados al final pudiesen ser desastrosos para el crecimiento de la desesperanza y pérdida de credibilidad, confianza  y  de su notoria influencia política entre los venezolanos.

El diálogo como tal no es nada diabólico, lo diabólico es que sus “facilitadores” juegan a la par de los intereses políticos del régimen, no son en las formalidades reales neutrales e independientes, para garantizar una posición equilibrada y justa en la negociación, entre ambas posturas antagónicas. Ellos los demuestra el resultado final de la primera tanda “dialóguera”, que culmino en una burla y desprecio hacia el Papa Francisco y su intermediación de buena fe. Un fracaso político, y una derrota al Vaticano.

En mi artículo anterior, manifesté mi opinión al calificar la actual situación política de ambos sectores,  como “juego trancao”. Toda la intención de los castristas cubanos, esta dirigida a una salida de violencia oficialista, para seguir en el poder, a través de la figura de un “estado socialista bolivariano” y darle una patada definitiva a la pocas rendijas de democracia en el país.

Esta situación puede ser alterada por una razón fundamental, el triunfo de TRUMP y del ala republicana más radical, en combinación con la fuerte presencia en el gabinete presidencial de los militares “halcones”, de posición histórica anticomunista, puede ser la balanza para inclinar una salida política de alta dimensión a futuro en los casos de Cuba y Venezuela.

Creo que la oposición democrática, la MUD, y otros sectores aliados,  deberían seriamente interpretar las opiniones vertidas por el nuevo Secretario de Estado Rex Tillerson, de la administración del Presidente Trump, en el Congreso de Estados Unidos, propiciadas por las preguntas de los senadores miembros del Comité de Relaciones Exteriores, que definen el nuevo marco de las relaciones de USA y Venezuela.

El Secretario de Estado Tillerson a varias preguntas sobre el tema venezolanos, con todas sus implicaciones y crisis que sufren los venezolanos en el  país, expreso lo siguiente:

“Estamos totalmente de acuerdo en cuanto a la calamidad que ha sucedido a Venezuela, en gran medida producto de su incompetente y disfuncional gobierno, primero bajo Hugo Chávez y ahora bajo su sucesor designado Nicolás Maduro. Al ser confirmado, ya lo fue,  insto a una estrecha colaboración con nuestros amigos del hemisferio, en particular con los países vecinos de Venezuela, Brasil y Colombia. Así con organismos multilaterales como la OEA, para buscar una transición negociada hacia un gobierno democrático en Venezuela. Al final, se reconstruirán las instituciones políticas, encabezadas por valientes defensores de la democracia y de los derechos humanos, que allanaran el camino para el tipo de reformas necesarias para poner a Venezuela en el camino de la recuperación económica”.

Este planteamiento teórico, abre las compuertas para que la oposición democrática  y sus líderes, inicien un nuevo y verdadero dialogo, bajo la dirección y supervisión directa del embajador  Luis Almagro, Secretario General de la OEA, organismo competente jurídica y políticamente, para llevar adelante negociaciones más efectivas y cercanas a una solución inmediata del caso venezolano, en este hemisferio.

Cambiar el terreno del juego, con condiciones internas y externas favorables, puede ser muy beneficioso para una nueva fase de un verdadero dialogo, fructífero y realista que ayude a dar traste con esta dictadura e incompetente régimen. Lo más importante es que los acuerdo que se puedan producir, si son irrespetados y desconocidos por el gobierno de Maduro, la OEA tiene potestad dentro de sus atribuciones y del contenido de la Carta Interamericana, para producir sanciones, políticas, económicas y militares, si fuese necesario. En la versión fracasada esto no era posible.

Esto no  entraría en contradicción con los objetivos de lucha comunes, tales como la ayuda humanitaria, la libertad de los presos políticos, cronograma electoral, respeto y acatamiento a la institucionalidad de la AN,  la destitución de Maduro como Presidente por abandonar al país y sumirlo en su mayor crisis histórica. Todos puntos claves de la agenda opositora., para recuperar la transición a un gobierno democrático con la convocatoria de unas elecciones generales, con la designación de un nuevo CNE.

Esta tesis es avalada además por las recientes declaraciones del Luis Almarza, Secretario General de la OEA, quien expreso literalmente: “Es fundamental mantener el dialogo para lograr la liberación de los llamados presos políticos, fijar elecciones y hacer respetar la independencia de poderes”. Más adelante preciso: ”Se les quito a la gente el derecho al revocatorio, los presos políticos siguen encarcelados, la violencia es rampante. Hay hambre. La comunidad internacional no puede esperar más y debe actuar ya”.

Ambas declaraciones coincidentes, en tiempos distintos, define por sí solo, el drama de nuestra tragedia y la gran dimensión del conocimiento internacional, la solución es llevar a la práctica ambas posiciones y de forma inmediata comenzar a definir un nuevo dialogo, que no sacrifique nuestras esperanzas y que no afecte el ritmo y acción de nuestra luchas por la libertad y democracia dentro del país.

Un dialogo interamericano, con hombres honestos, justos y equilibrados, que puedan con racionalidad y experiencia, trabajar al lado de  instituciones y países, capaces de interpretar la necesidad imperiosa de una salida al caso Venezuela, sin baño de sangre, pero con la firmeza de impulsar un  gobierno de transición democrática electo por el pueblo, para poder alcanzar la paz, de libertad y la democracia que aspiramos los venezolanos, es la solución inmediata.

Cerrar el desgatado ciclo con los fulanos “facilitadores” amigos de Maduro, y reabrirlo en otras esferas de la comunidad internacional, bajo el auspicio de la OEA y con apoyo de Estados Unidos y su   PresidenteTrump, es una posibilidad real, y no una utopía.

Esta oportunidad política debe  aprovecharla la oposición venezolana, es una buena  coyuntura internacional. En manos de la MUD queda esta propuesta. Esperemos resultados.

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